miércoles, 16 de abril de 2008

Imaginario social


El imaginario social produce valores, apreciaciones, gustos, ideales y conductas de las personas que conforman una cultura. El imaginario es el efecto de una compleja red de relaciones entre discursos y prácticas sociales, e interactúa con las individualidades.
Se constituye a partir de las coincidencias valorativas de las personas, y se manifiesta en lo simbólico (a través del lenguaje) y en lo concreto (mediante la interacción). No produce uniformidad de conductas, pero marca tendencias. Las ideas regulativas no existen en la realidad material pero existen en la imaginación individual y en el imaginario colectivo.
En este sentido, cada grupo humano definido por características de cualquier tipo, comparte un denominador común, en este caso el discurso, que no es lo mismo que compartir un idioma. Las reglas que disciplinan los discursos surgen de las funciones específicas de cada grupo. Los sujetos cambian de discurso cada vez que cambian de roles o de instituciones. La eficacia del discurso depende del éxito en conseguir los objetivos y debe estar avalado por las prácticas.
El imaginario social, y sus paradigmas implícitos, no permanecen estables, sino que se modifican lenta pero constantemente. Los medios masivos de comunicación intervienen en forma activa en los conceptos relativos al comportamiento y en la abstracción de paradigmas.

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